Hace diez años inicié esta aventura bloguera. Me parece mentira que haya pasado tanto tiempo y que siga pasando, me sorprende que en este tiempo de brevedad y rapidez todavía haya gente que publique en un blog, no solo eso sino que además tenga seguidores. Es verdad que siempre ha sido un mundo poco popular, que requiere un esfuerzo suplementario, escribir, preparar entradas, publicar fotos o vídeos y mantener unos seguidores fieles.
Hoy me siento orgulloso de no haber abandonado el blog y de mantener unas relaciones muy especiales con muchos de mis seguidores, de respetarnos y no entrar en discusiones, siempre con educación y respeto.
Para conmemorar este acontecimiento voy a hacer una entrada diferente y poco habitual en mí: un relato, una narración. Siempre he sido más de narración oral, escribir me resulta difícil porque siempre encuentro defectos en la narración, en la sintaxis, en el vocabulario pero hoy me voy a atrever.
EL DESCONOCIDO
Llegó al pueblo con su viejo Datsun, nadie se fijó en él, un extranjero más de paso, un turista. En la tienda compró algunos alimentos y luego estuvo en el bar. Después de tomarse una cerveza salió a darse un paseo por el pueblo. Le debió de gustar porque al regreso se hospedó en el hostal sin fecha para irse.
Al día siguiente, después del desayuno, salió sin rumbo fijo con una mochila a la espalda. Recorrió otra vez el pueblo, pero en esta ocasión de una manera más exhaustiva. Salió por los contornos, llegó al molino, al río, cruzó la puente y sin rumbo fijo recaló en la Salina. Le gustó. Unas edificaciones aisladas, a la orilla del río, verdor, arboleda y en plena naturaleza: justo lo que necesita. Observó que solo una de las casas tenía luz eléctrica, el tejado de pizarra presentaba buen aspecto y las paredes no presentaban grietas. Tenía dos plantas: abajo, las antiguas cuadras del ganado y arriba, la vivienda con chimenea y habitaciones.
Después de comer preguntó a Rosa, la recepcionista del hostal, si sabía a quién pertenecía la casa en la que estaba interesado. Les costó entenderse, porque mezclaba inglés y castellano, pero los gestos y las ganas por comunicarse hicieron el resto. Después de preguntar a unos y a otros, alguien dijo que su dueña era una mujer viuda, que la dejó para irse a otra que tenía en el pueblo porque allí se sentía muy sola y aparte de las gallinas y los perros, no había nadie.
Se comenzó a correr la voz por todo el pueblo, un extranjero interesado en la casa de Francisca, la de la Salina. Todo eran elucubraciones y preguntas, pero todavía sin ninguna respuesta. Ahora ya no pasaba desapercibido y menos cuando después de hablar con Francisca se supo que se la había alquilado. Mostró tanto interés que ni siquiera regateó el precio, así que eso alimentó todavía más la curiosidad.
Cogió su Datsun y se bajó a la Salina. Allí instaló los pocos enseres y la ropa que llevaba. Limpió la casa, compró cacharros, platos para cocinar y se hizo con una cocina de gas de dos fuegos, lo suficiente para él.
Pasado un tiempo se le comenzó a ver por los lugares más insospechados; con una cámara de fotos disparaba a todo lo que pudiera ser de interés y a diferentes horas del día, en especial al amanecer o al atardecer. Incluso pidió permiso para hacerle fotos a personas mayores del pueblo. Todo el mundo se preguntaba qué estaría haciendo, el porqué de la soledad en la Salina, pero nadie encontró respuestas convincentes. Fuera lo que fuese hacía una vida de ermitaño, hasta que un día igual que vino desapareció, sin ruido y sin avisar, dejando al pueblo intrigado sobre las actividades de este extranjero.
Pasaron los años y la gente continuó con su vida. El desconocido pasó al olvido. Hasta que comenzaron a aparecer por el pueblo extranjeros, primero pocos pero luego cada vez más numerosos, unos decían que eran alemanes, otros que ingleses pero la maestra dijo que eran holandeses, algo que confirmó Rosa, la del hostal. Preguntaban por todos aquellos lugares que el extranjero había recorrido, por las personas mayores del pueblo o con las que había tenido una mayor relación, incluso se acercaban a la Salina como si fuera un lugar de culto. De esta forma San Mamés pasó de ser un lugar de paso a un destino preferente.
Parabéns, amigo! Sigo aqui em companhia do seu precioso blog! Um belo escrito!
Um beijo carinhoso
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Muchas gracias, Teca.
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Felicidades por estos tus primeros 10 años de bloguero. Y gracias por todo cuanto compartes.
Aunque no nos prodiguemos en comentarte, apreciamos tu blog, te leemos. Sigue con este tu entusiasmo.
Un abrazo.
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Muchas gracias, Justi. Sabes que no siempre podemos visitar a todos, pero hay que ser respetuosos con los demás. Aunque se tarde siempre se es bienvenido.
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Mi enhorabuena, primero, por el aniversario del blog. Y mi enhorabuena también por el relato, Valverde. Me ha encantado, y no lo digo por decir. Me gustaría leer más cosas tuyas que tengas por ahí. Está escrito con una enorme -y no por ello difícil- sencillez, y parece que dice mucho de tu manera de sentir el mundo, tu mundo y las gemtes y el paisaje que te rodea. Un abrazo grande, Valverde.
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Me llena de orgullo leer tus palabras. Si te soy sincero pensé que era un relato sin mucho valor, por eso me alegra que te haya gustado. Ya te pasaré otro que escribí hace bastantes años. Un abrazo.
Lo prometido es deuda, lo escribí en el año 2011, en este blog:
https://valverdedelucerna.wordpress.com/2011/10/08/la-fe-de-isabel/
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Bueno, a pesar de mi despiste, que sea por muchos años mas.
Gracias por tu pasión y perseverancia en el blog. Es muy entrañable.
Un abrazo.
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Un abrazo también para ti. Hay que ser perseverante y seguir en este mundo bloguero.
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Por cierto, el relato, intrigante y entretenido. Estás hecho para la narración y escritura en general.
Me ha gustado mucho.
Ves lo del despiste, pues así siempre. Eran dos felicitaciones y me faltaba esta última.
A pesar de estar de capa caída los blogs, como parece ser de modo engañoso, sólo nosotros
seguiremos manteniéndolos con toda ilusión del mundo. Son mas sinceros que otras redes sociales.
Otro abrazo.
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No importa. Visitamos tantos blogs que hay ocasiones que nos perdemos publicaciones. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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