
Hay localidades que sin saber la razón se tiende a ir a frecuencia, cada cierto tiempo se regresa aunque se conozca hasta el último rincón. Esto me sucede con el pueblo de Escuredo. Hace bastantes años fuimos en verano a visitar el santuario de la Virgen de la Aparecida.


Al ser verano había bastantes casas abiertas, aunque durante el invierno se quedaba abandonado, un pueblo con casas de nueva construcción, donde apenas hay ruinas y con huertos que sus habitantes ocasionales cultivan con esmero.


En otra visita en primavera nos encontramos con dos personas que nos contaron curiosidades del lugar, y aunque durante el resto del año no vivieran en él estaban muy orgullosas de que se hubieran construido nuevas viviendas.

Escuredo es un pueblo de Sanabria situado en la Sierra de la Cabrera Baja, desde aquí se comunica con la provincia de León. Está rodeado de dos arroyos: el arroyo de la Rigada y el arroyo del Humeiro.


Estos dos arroyos son el origen del río Negro, afluente del río Tera que a su vez desemboca en el Esla, uno de los principales afluentes del río Duero.
El nombre de Escuredo se cree que procede de lenguas anteriores a la romanización y su significado es olmedo. También hay palabras que no tienen nada que ver con el latín como «humeiro» que es el nombre que se le da al aliso (alnus glutinosa).

Llegar a Escuredo no es sencillo, no porque nos podamos perder sino porque es el último pueblo de la provincia y el último tramo de carretera, desde Doney de la Requejada, tiene bastante curvas con muchos tramos muy deteriorados, pero eso no impide que cuando se llega a Escuredo tengo la sensación de haberme perdido en el tiempo. Solo se oyen los pájaros y el sonido permanente del agua de los arroyos.

Paseando por sus rincones nos encontramos con restos de antiguas viviendas, algunas con riesgo de ruina o invadidas por la vegetación, pero que nos permiten imaginar como podría ser la forma de vida de sus habitantes en el pasado.



En el interior de una de las viviendas encontramos dos carros característicos de la comarca de Sanabria.

Son carros estrechos, como son los caminos de montaña. En este caso sus ruedas tienen un aro metálico, aunque los hay con rueda maciza de madera.

Durante la pandemia hubo gente que vino al pueblo para pasarla quí, al igual que sucedió con otros pueblos, pero luego regresaron a su residencia habitual. En el otoño del año 2020 había tres casas habitadas porque de sus chimeneas salía humo, en la actualidad aunque en el censo del año 2016 figuren 12 personas no estoy seguro que se corresponda con la realidad; solo pudimos ver una casa que tenía aspecto de estar habitada. Durante nuestro paseo por el pueblo no vimos a nadie en la calle, algo bastante habitual en casi todos los pueblos.

En verano debe haber bastante vida social, porque nos llamó poderosamente la atención un cartel:

Siempre que camino por lugares como Escuredo me pregunto cómo sería su vida diaria, lo difícil que tenía que ser sobrevivir en épocas pasadas, con una economía de supervivencia y unas comunicaciones muy deficientes; todavía hoy no resulta fácil, hay 23 kilómetros hasta Puebla de Sanabria y se tarda casi media hora. Por eso es fácil comprender que sus vecinos buscaran un futuro más prometedor, aunque eso no ha impedido que conserven y mejoren sus casas para volver a disfrutar de su pueblo, al igual que sucede con tantos pueblos.

Viendo el magnífico reportaje fotográfico, puedo entender la sensación de haberse perdido en el tiempo que destilan, sus calles, casas y paisajes. Gracias por compartir la experiencia. Un abrazo.
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Muchas gracias por tu visita y tú comentario. Un abrazo y buen fin de semana.
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Um lugar muito simpático que com certeza deve ser delicioso experimentar nas 4 estações do ano para observar a peculiaridade de cada momento…
Obrigada pela partilha.
Um beijo
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Muchas gracias por tu comentario y tus amables palabras. Un beso y cuídate.
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Parece improbable que los pueblos alejados de zonas urbanas equipadas con todos los servicios de la sociedad moderna vuelvan ser zonas activas y agradables para vivir en estos tiempos en los que se exige no renunciar a nada. Supongo que sus bazas son esos preciosos arroyos y su naturaleza poco dañada, la tranquilidad que no es aburrimiento y la vida de un pueblo pequeño que vive en todos sus vecinos porque casi todos se conocen. Su tiempo llegará pronto porque ese tiempo de vuelta a algunos orígenes es una necesidad creciente y habrá que organizarlo..
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Coincido en tus apreciaciones. El despoblamiento no es algo que haya sucedido hace poco tiempo, es un proceso de hace muchos años que hora se plasma en pueblos casi vacíos con una población mayor que ve como va perdiendo los pocos servicios de los que disponía: correos, sanidad, servicios bancarios… si a eso le añadimos la ausencia de población joven da una idea del problema tan grave que padece el mundo rural; sólo le salva el turismo y las segundas viviendas que se ocupan los fines de semana o en vacaciones y en algunos casos la ganadería extensiva o la agricultura de regadío. No vislumbro un cambio de tendencia porque no hay oferta laboral que consiga que la población joven regrese. Así es difícil incluso conservar la población que los pueblos tienen.
Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
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Me gusta, como a ti, perderme por estos lugares. Gracias por acompañarnos a ellos.
¡Buen día!
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Muchas gracias por tu comentario. Así es, me gusta perderme por lugares poco habitados y descubrir lugares escondidos. Un saludo.
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Cuando visitamos estos abandonados da pena verlos. Al menos durante la pandemia volvió a tener algo de vida. Y en verano también se verá más gente, abriran esas casa nuevas. Pero el día a día es demasiado tranquilo solo con una casa habitada. Buenas fotos.
Un abrazo.
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Es difícil vivir en estos pueblos, se hacen largos los días, especialmente cuando llegan los fríos. Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
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Preciosas fotografías y un pueblo que respira historias de antaño de gente anónima.
Saludos de Ambar
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Muchas gracias por tu visita y tu comentario. Un saludo y feliz semana.
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